A propósito de la celebración del día mundial de la tierra considero importante recordar algunos principios bíblicos sobre la creación y la responsabilidad que tenemos con su cuidado y mayordomía. El libro de Genesis relata las siguientes verdades teológicas sobre la creación:
1. Dios es el Creador del Universo: Existen muchas teorías y mitos sobre la creación del universo. Las primeras culturas del lejano oriente (Mesopotamia y Egipto) tenían sus relatos mitológicos sobre el origen. El libro de Genesis se escribe precisamente para corregir y refutar estos relatos aclarando la existencia de un solo Dios creador; argumentando que Dios aun es creador de los “dioses” sol, luna, agua, etc. El mensaje del Genesis sobre la creación revela la naturaleza de nuestro Dios, el cual es poderoso, sabio y soberano sobre toda su hechura.
Algunos autores científicos como Nathan Aviezer afirma que los avances de la ciencia han contribuido a acercar cada vez los descubrimientos sobre la creación del universo a los relatos de la creación de la biblia. Es más, el simple hecho que utilicen en los documentos científicos la palabra “Creación” es afirmar que hubo alguien que “creó” lo existente y se deja a tras la teoría de los años 60 de que el universo surgió de la nada.
2. La creación es buena: El relato de la creación expresa: “Y Dios vio que esto era bueno”. Esto revela que todo lo creado por Dios es buena y tiene un propósito. Es decir que las plantas, los animales, las estrellas, constelaciones y todo lo creado es digno de ser descubierto y cuidado.
3. El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios: El ser humano, tiene un lugar especial en la creación; en Génesis 1:26 y 27: “Entonces Dios dijo: hagamos a los seres humanos a nuestra imagen y semejanza. Según el autor, esto tiene varios significados como: El ser humano a diferencia de cualquier otro ser creado, es autoconsciente, racional, afectivo, moral, que decide y que puede comunicarse con Dios. El Ser humano fue dotado por su creador de facultades intelectuales y creativas únicas, por lo tanto, tiene una gran responsabilidad con la creación.
4. El Ser humano tiene la responsabilidad de cuidar y desarrollar la creación: en Genesis 1:28, Dios bendijo al Ser Humano con estas palabras:
Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.
Algunos ecologistas argumentan que “dominio” y “sojuzgar” son palabras duras que promueven una actitud agresiva y de explotación hacia la naturaleza. Esto no puede mantenerse en ninguna exégesis bien fundada de Génesis. Hay una regla básica de la semántica que dicta que el significado de las palabras depende en gran medida de su contexto. Los términos hebreos para “dominio” y “sojuzgar” no conllevan, en sí mismos, una acción agresiva ni de explotación. Donde se utilizan en ese sentido es el contexto el que lo aclara. El contexto de Génesis 1 indica una acción bien diferente. Al ser humano, se le concede el domino y se le dice que sojuzgue la tierra, porque fue hecho a imagen de Dios. Ello supone que debemos reflejar el carácter del Creador en la forma en que cumplimos esos mandatos, haciéndolo con sabiduría, cuidado, amor y justicia.
Cuando Adán y Eva pecan contra Dios desobedeciendo el mandato de no comer del fruto prohibido, se dañó la relación entre el ser humano y Dios, pero también, se dañó la relación entre el ser humano y la tierra; porque después de la caída y el juicio de Dios, el trabajo de labrar la tierra pasa a ser fuente de frustración y dolor. Además, que se produce la primera muerte de animales para tapar la desnudez del Ser humano y la fuente principal de alimento que dispuso el Señor en Genesis 1:29 que son las plantas y frutos se cambia por el de animales. Pero la historia de redención de Dios por medio del perdón de nuestros pecados, no solo restaura nuestra relación con Él, sino que también restaura nuestra relación con la Tierra y nos compromete como hijos del creador a ser los más interesados en conocer y ser guardianes de la creación. Somos responsables ante nuestro Creador por la forma en que ejerzamos ese dominio. Esto nos debería llevar a aceptar y respetar la valoración de Dios de la creación como “buena en gran manera”.
En todo lo que hagamos deberíamos tratar de preservar y desarrollar esta “bondad”, y no dañarla ni destruirla.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
• Charles E. Hummel. Interpretando Génesis 1. Centro de ciencia y fe.
• Ernest Lucas. La interpretación del Génesis en el siglo XXI. Faraday Institute for Science and Religion.
• Del Tackett. Proyecto La Verdad. Enfoque a la familia.
• Nathan Aviezer. En el principio. Creación bíblica y ciencia.